El tracto gastrointestinal es un sistema muy sensible, con la función de digestión, absorción, protección y excreción. Los desequilibrios intestinales son cada vez más comunes y, a menudo, se devalúan en una etapa temprana. Este amplio espectro de enteropatías, caracterizado por inflamación local, disminución de la absorción y aumento de la permeabilidad intestinal, está relacionado con el origen de varias afecciones crónicas, entre las que se encuentran enfermedades autoinmunes, fibromialgia, disbiosis intestinal, depresión, fatiga crónica, permeabilidad intestinal y SIBO.
SIBO son las siglas de Small Intestinal Bacterial Overgrowth, es decir, un crecimiento excesivo de bacterias en el intestino delgado.